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¡Sal de tu zona de confort! Convierte tus miedos en tus mejores maestros

Foto Pixabay
La tranquilidad y la estabilidad son buenos, pero no son perfectos. Quizás puedas considerar que estar en un estado en el cual no sucede nada estresante ni arriesgado, es más que ideal; pero la verdad es que si no pasa nada tampoco evolucionas. Este estado, llamado zona de confort, es quizás uno de los mayores riesgos que hay tanto personal como empresarialmente. No estoy queriendo decir que la estabilidad sea mala, sino que lo perjudicial es creer que todo va a seguir así.
Disfrutar de una mar en calma mientras se navega, no indica que vayamos por buen camino o que estemos llegando siquiera a nuestro destino deseado; solo estamos navegando.

Hay momentos en los cuales tu estado de calma se ve amenazado por ciertas situaciones que alteran tu paz y tranquilidad. Puede que decidas enfrentar el nuevo reto, pero puede que simplemente decidas esconderte y evitarlo. Este temor es simplemente un indicador de que algo tiene la probabilidad de cambiar de manera significativa tu estado actual, o por lo menos eso puedes percibir. Pero también debes pensar que ese algo extraño, ese algo nuevo y un poco incierto puede esconder un gran aprendizaje.

Salir de la zona de confort tiene varios estados que debes aprender a asimilar y aceptar como parte importante de tu proceso de crecimiento personal y empresarial. Pero lo más importante es aprender a ver la sensación de miedo, como una oportunidad para crecer y un reto a superar y no como una barrera que te mantendrá confinado en tu sensación de estabilidad.

Estados a superar para salir de tu zona de confort

Los estados por los que debes pasar son: Zona de confort, miedo, pánico y aprendizaje.
Estados para salir de tu zona de confort

  1. Zona de confort: Será tu estado inicial y al que siempre regresarás. Es donde percibes estabilidad y es aplicable tanto cuando eres una persona que siente seguridad y tranquilidad en su entorno, como si eres una empresa que se cree cómoda con las condiciones en las que se desarrolla su negocio. Esta zona no es del todo mala, lo perjudicial es creer que va a permanecer así, creando la falsa ilusión de estabilidad infinita e inalterable que evita el crecimiento continuo y la preparación ante lo inesperado.
  2. Pánico: Este estado se presenta tan pronto se percibe ese elemento que amenaza la estabilidad de nuestra zona de confort. Tristemente muchas veces este pánico lo dispara una buena oportunidad, que no goza con la fortuna de parecerse a lo que ya has vivido. Es una sensación momentánea, pero intensa a la que puedes responder escondiéndote y protegiéndote o puedes decidir enfrentarla, analizarla y encontrar la forma de superarla. Es común que en esta etapa el pánico saque a flote tus grandes capacidades racionales, pero usadas para ofrecer soluciones apresuradas o para justificar el por qué no haces frente a la amenaza percibida o para apoyarte en quienes estarán de acuerdo en que es mejor quedarse cómo estaban. 
  3. Miedo: Si superaste el pánico, vas por buen camino. Al decidir enfrentar tus miedos debes comenzar por identificarlos; en este estado, sin dejar de sentir temor ante la incertidumbre, comienzas a utilizar tu capacidad racional para analizar qué es lo que realmente te asusta de esa nueva situación y comienzas a utilizar tu creatividad para encontrar alternativas de solución. Las ideas comienzan a surgir porque al identificar tus miedos, los puedes convertir y plantear como problemas, haciendo más fácil pensar positivamente y de manera constructiva para buscar una solución.
  4. Aprendizaje: Es la fase en la que luego de superar los miedos, decides intentar nuevas ideas y soluciones, pero sin olvidar aprender tanto de tus éxitos, como de tus fracasos. Es en este estado en el cual te conviertes en una mejor versión de ti mismo, porque esos miedos que traías, pasan a ser problemas conocidos y lecciones aprendidas. Luego de este estado, vuelves a tener una nueva zona de confort, pero esta vez mucho más amplia y si tienes la fortuna de valorar este proceso, esperarás el momento en el que el pánico te asalte de nuevo, ya que sabrás de primera mano que esa sensación es solo el indicio de que estás por aprender algo valioso y seguir creciendo.
Espero con este artículo ayudarte a ver que no todas las nuevas situaciones son malas y que es vital aprender a aceptar y manejar el miedo para poder alcanzar las verdaderas lecciones que pueden hacerte una mejor persona y quizás hacer de tu negocio, una mejor empresa.

Ningún problema puede ser resuelto por el mismo nivel de inteligencia con el que fue creado. Albert Einstein

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